ES HOY*

Hacer una obra es como perderse en una ciudad nueva, un poco a propósito y un poco porque no queda de otra.

En este momento somos tres, desperdigados por Sudamérica, lxs que nos perdemos en Fin. A veces unx para a descansar, otrx salta a un arroyo, otrx encuentra una gema para luego perderla… así vamos. ¿Cómo avanza la obra? Me preguntan lxs amigxs. No lo sé -respondo- pero avanza.

En las últimas dos semanas hubo muchos avances creativos en manos de Alexandre y de Gabriel. Alexandre montó un prototipo de escenografía en Vale Arvoredo (un espacio de residencia en el sur de Brasil), hizo unos prototipos de figuras y empezó a jugar. Empezamos a ver cómo podría ser ese espacio, esas proyecciones, esas acciones. Cómo se podrían agarrar los recuerdos. Cuánto podemos liberar a la imagen, y en qué momentos ésta nos pide claridad contundente para arraigar las acciones. Cuál es la relación de la sombrista con el espacio. Es conmovedor. En lo personal, me emociona esta apuesta a la simpleza, que es tan propia de mi trabajo y pensé que no tendría lugar en este montaje compartido. La simpleza regresa, o acaso siempre estuvo ahí.

A=
Tecnología simple
Performance compleja

Eso dice una nota en mi cuaderno, una cita que tomé de una reunión con el director el 29/1. (la A es de Alexandre)

 

A continuación Gabriel nos envió los diseños de los personajes en los que está trabajando. Hay una síntesis maravillosa en algunos de ellos. Me enamora la línea. Surge cierta palabra tanto en Gabi como en Alexandre cuando hablamos -por separado- de la estética. REALISMO. De algún modo a ambos les hace ruido. Escucho esta co-incidencia, y propongo reunirnos lxs tres. En la reunión decidimos liberar un poco más el diseño de los personajes, aunque debemos lidiar con mi resistencia a la caricatura. ¿Dónde está el límite entre el realismo y la fantasía que precisan los personajes en “Fin”? Hay preguntas sin respuestas.

*Primera frase del texto dramático de “Fin”

 

Sonia
mediodía  en Flores, Ciudad de Buenos Aires