Una casita
Hoy hicimos una casita de tela. Así como suena, así se ve.
El proceso comenzó hace unos días, cuando fui a buscar una herencia de telas
viejas -que saben más de lo que cuentan- a casa de una amiga. Bordados, texturas,
manchas.
Las lavé, se secaron con el sol porteño y se arrugaron esperando a hoy.
Hoy vino
Magui (Magdalena Ciucci) que estará acompañando el proceso de “Fin” en Buenos
Aires. Se subió a la escalera, unas pinzas en las molduras, unos clavos, un
hilo plástico rojo, broches de ropa… y las telas. Armamos una casita, una
casita para jugar, como cuando era niña. En esta casita/pantalla vamos a experimentar en
la próxima semana, probando las posibilidades del montaje antes de pasar a construir.
En esta casita vamos a jugar. Miro esta parte de la casa y me da risa. Por un
momento pensé que “Fin” sería una obra seria, grande, con recursos. Pero la
esencia siempre sale y acá estoy, conviviendo con esta casita dentro de la
casa, mirándome. Una invitación constante a jugar, a no perder lo artesanal del
cotidiano. El arte es todo esto. Un festival internacional y mentitas en la
almohada, y telas viejas colgando en el medio de la casa. El momento del
aplauso del público y cargar las cajas luego.
Hoy jugar
no está de moda ni hay tiempo para leer blogs.
Hoy hicimos una casita de tela.
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Sonia
Ciudad de Buenos Aires
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